La lectura online de la obra puede hacerse en este enlace a la primera edición publicada en 1913:
Se trata de un libro lírico muy original para su tiempo. Las Eróticas o amatorias fue impreso en Nájera en 1618, en la imprenta de Mongastón y en su portada llevaba, bajo un sol naciente tapando unas estrellas, el provocador lema Sicut sol matutinus. Me surgente, quid istae? (Igual que el sol naciente. Apareciendo yo, ¿qué será de éstas?). Esta portada le granjeó no pocos enemigos entre las “estrellas” del Siglo de Oro (Cervantes, Lope de Vega, Góngora…) a causa de fanfarronada tan irritante. El propio autor procuró suprimir el emblema de los ejemplares que pudo, pero su imagen quedaría manchada para siempre en los círculos literarios de la época, aunque alguno le perdonase ese atrevimiento juvenil, como el reconocimiento que le hizo un anciano Lope de Vega en su Laurel de Apolo:
el dulce traductor de Anacreonte,
cuyos estudios, con perpetua gloria,
libraron del olvido su memoria;
aunque dijo que todos se escondiesen
cuando los rayos de su ingenio viesen…
(Laurel de Apolo, III, 270-274)
Esta es la referida portada de la primera edición de 1918 (Nájera, 1618, imprenta de Mongastón):
Enlace a la descarga del artículo de José Luis Pérez Pastor y Mª Ángeles Díez Coronado con la semblanza de Esteban Manuel de Villegas
Recomiendo también la lectura de este interesante artículo, publicado en 2008 por Jorge Fernández López y Jorge Fernández Herrero, con el título La retórica del epigrama de E. M. Villegas.
A modo de ejemplo, este es uno de los cuatro epigramas dedicados a El Escorial:
huertos, túmulos, coloso,
y el que por grande contemplo
anfiteatro famoso,
todos callen con mi exemplo.
Soy lo que siempre seré,
fueron lo que ya no son;
y no es mucho, pues se ve
en ellos la poca fe,
y en mí la gran religión.