Comic poetry in Golden Age Spain

In Golden Age Spain, most major “serious” poets also wrote superb and exuberant comic verse. Cervantes, Quevedo and Góngora are but three examples.

1. Cervantes

In his book Cervantes and the Burlesque Sonnet, author Adrienne Laskier Martín seeks ‘to contribute to a new understanding and reappraisal of Cervantes as both an accomplished poet and a comic genius. Indeed, these poems reveal the model of comicity that Cervantes utilizes in his masterpiece of humor, Don Quixote.’

by Adrienne Laskier Martín
UNIVERSITY OF CALIFORNIA PRESS
https://publishing.cdlib.org/ucpressebooks/view?docId=ft4870069m;brand=ucpress

This book is a revised version of author’s doctoral dissertation, written at Harvard University under the direction of Francisco Márquez Villanueva:

Cervantes, recognized as Spain’s greatest humorist, is especially alluring as a humorous poet since his festive corpus stands as a barely sampled treat waiting to be savored. It exemplifies his humor, the touchstone of all Cervantine literature, and at the same time confirms his substantial poetic gifts.

The purpose in this book is to provide an artistic analysis of Cervantes’s burlesque sonnets, a genre of which he was particularly fond and in which he excelled.

‘The burlesque sonnet is a rich vein within the comic verse tradition in Europe. And Cervantes was an excellent burlesque sonneteer. But what does “burlesque” actually mean? Although the origin of the word “burla” is unknown, it is apparently a Spanish creation whose later derivation, “burlesco” nevertheless derives from the Italian. The term means both a trick—”la acción que se hace con alguno, o la palabra que se le dice, con la cual se le procura engañar [an action or words used to deceive someone]” and mockery: “la acción, ademán, o palabras con que se hace irrisión y mofa de alguno, o de alguna cosa [an action, gesture, or words used to deride and ridicule someone or something]” (Autoridades, s.v. “burla “). The acceptations combine in burlesque poetry, whose purpose is to mock and ridicule someone or something, often itself. Burlesque can mock a literary style or movement or a specific work. It can also mock a person, a society, an institution, or even a nation. Burlesque is not specifically limited to literature, yet its richest expression is achieved through this medium. Burlesque is a certain attitude toward life and toward the object of the burla . Rather than criticize and censure bitterly as satire does, burlesque is festive and comic in spirit and in style. It does not imply satire’s superior stance with regard to its object. While satire tends to portray life as tragically flawed and vice-ridden, burlesque depicts life as ridiculous and, therefore, worthy of being ridiculed. This element of burla —of mockery and ridicule and of pulling a trick on someone or something—is essential to the aesthetic category of the burlesque. It must be allowed, however, that burlesque and satire cannot be rigidly separated and often overlap in practice.

Indispensible to a proper appreciation of the burlesque is the realization that it has its own aesthetic standards and conventions. Unfortunately, in the late twentieth century we still operate to an extent under the often prudish nineteenth-century canons of literary “good taste.” But the burlesque deliberately turns its back on “the beautiful” in its search for the festive image, the quick joke, the laugh. It does not seek harmonious, melodic language but one designed to ridicule and provoke laughter, to debase, and to shock our ears and even our sensibilities. Its concerns are not the intricacies of the soul, of love, or of metaphysics, but the parodic inversion of such sublime themes. This is not to say, however, that the burlesque is without its own profound philosophical “meaning.”

Paradoxically, through exaggeration, burlesque is a call to truth and antidogmatism. It bids us to cast aside the prevailing deadly serious world view so that we might see and enjoy ourselves in all our complexity: imperfect, illogical, and irrational, yet vital and irresistibly comical creatures.

2. Quevedo y Góngora

Along with his lifelong rival, Luis de Góngora, Quevedo was one of the most prominent Spanish poets of the age. His style is characterized by what was called conceptismo. This style existed in stark contrast to Góngora’s culteranismo.

Alix Ingber, Professor Emerita of Spanish at Sweet Briar College, USA, developed a web site with 115 translations of Golden Age Spanish sonnets to English: http://sonnets.spanish.sbc.edu

Quevedo: http://sonnets.spanish.sbc.edu/Quevedo.html
Góngora: http://sonnets.spanish.sbc.edu/Gongora.html

And more poets translated: http://sonnets.spanish.sbc.edu/Poets.html

http://sonnets.spanish.sbc.edu/Poets.html

34 Francisco Quevedo: Los sueños, tomo II

El volumen 34 de la colección Clásicos Castellanos está dedicado al segundo tomo de la obra de Francisco Quevedo, Los sueños, edición y notas de Julio Cejador y Frauca.

La lectura online del segundo tomo puede hacerse en este enlace a la primera edición publicada en 1917:

 Los sueños II

La obra completa, en dos tomos, correspondientes a los volúmenes 31 y 34 de la colección Clásicos Castellanos, puede leerse pulsando en las portadas de cada volumen a continuación:

 Los sueños II
Entre las diversas traducciones existentes en inglés, puede leerse online la siguiente, publicada en 1832 por W. M. Elliot.
 .
 Visions
Los Sueños, también titulado Sueños y discursos, fue escrito entre 1606 y 1623, siendo su primera edición de 1627, con el título completo de Sueños de verdades descubridoras de abusos, engaños y vicios en todos los géneros de estados y oficios del mundo. A partir de 1631, aparecieron otras ediciones bajo el título Juguetes de la niñez y travesuras del ingenio, modificándose algunos de los títulos de los relatos e incorporándose otros: Cartas del Caballero de la tenaza, La Culta Latiniparla, El entremetido, La dueña y el soplón y Cuento de cuentos. Los relatos de Los Sueños son cinco:
Una nota acerca del enfrentamiento entre el Centro de Estudios Históricos y Julio Cejador y Frauca puede verse en la entrada correspondiente al volumen 14 en este mismo blog.

31 Francisco Quevedo: Los sueños, tomo I

El volumen 31 de la colección Clásicos Castellanos está dedicado al primer tomo de la obra de Francisco Quevedo, Los sueños, edición y notas de Julio Cejador y Frauca.

La lectura online del primer tomo puede hacerse en este enlace a la primera edición publicada en 1916:

 Los sueños I

La obra completa, en dos tomos, correspondientes a los volúmenes 31 y 34 de la colección Clásicos Castellanos, puede leerse pulsando en las portadas de cada volumen a continuación:

 Los sueños II
Entre las diversas traducciones existentes en inglés, puede leerse online la siguiente, publicada en 1832 por W. M. Elliot.
.
 Visions
Los Sueños, también titulado Sueños y discursos, fue escrito entre 1606 y 1623, siendo su primera edición de 1627, con el título completo de Sueños de verdades descubridoras de abusos, engaños y vicios en todos los géneros de estados y oficios del mundo. A partir de 1631, aparecieron otras ediciones bajo el título Juguetes de la niñez y travesuras del ingenio, modificándose algunos de los títulos de los relatos e incorporándose otros: Cartas del Caballero de la tenaza, La Culta Latiniparla, El entremetido, La dueña y el soplón y Cuento de cuentos. Los relatos de Los Sueños son cinco:
Una nota acerca del enfrentamiento entre el Centro de Estudios Históricos y Julio Cejador y Frauca puede verse en la entrada correspondiente al volumen 14 en este mismo blog.

5 Francisco de Quevedo: Historia de la vida del Buscón llamado Don Pablos

El volumen 5 de la colección Clásicos Castellanos se dedicó a la obra de Francisco de QuevedoHistoria de la vida del Buscón llamado Don Pablos, ejemplo de vagamundos y espejo de tacaños, edición y notas de Américo Castro.

Su lectura online puede hacerse en este enlace a la primera edición publicada en 1911:

 La vida del Buscón

Dice don Américo: «Esta edición va hecha conforme a la de Zaragoza, 1626; en caso de error o de dificultad en el texto me he servido para corregir o comparar el texto de los de Zaragoza, 1628; Lisboa, 1630, y Barcelona, 1626. La ortografía es la del texto original en todos los casos en que parece relacionarse con la pronunciación; no se me oculta lo arriesgado de este procedimiento, tanto más cuanto que ciertas formas merecerían un estudio especial; pero el vulgarizar, por razones diversas, no tolera la precisión científica.

Las abreviaturas Covarrubias y Dicc. Aut. en las notas, significan, respectivamente, el Tesoro de la Lengua Castellana, 1611, y el Primer Diccionario de la Academia de la Lengua, 1637.

En varias dudas sobre interpretación del texto recurrí al mucho saber del Sr. D. Francisco Rodríguez Marín, y públicamente le muestro mi reconocimiento.»

Dado el interés que tiene la consulta de los diccionarios para la lectura de los Clásicos Castellanos, conviene hacer un comentario sobre las dos últimas referencias del párrafo anterior:

El diccionario de Covarrubias o Tesoro de la Lengua Castellana, 1611, puede consultarse en este enlace:

Tesoro Covarrubias

La referencia al Primer Diccionario de la Academia de la Lengua, 1637, todavía no he podido saber a qué se refiere. Puesto que se trata de la abreviatura Dicc. Aut., es decir, Diccionario de Autoridades, debe tratarse de una errata en la fecha, puesto que su publicación data de 1726. En efecto, el primer diccionario de la Real Academia Española, el llamado Diccionario de autoridades se publicó entre 1726 y 1739. El diccionario de la lengua española o Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), comienza su repertorio en 1780, con la aparición —en un solo tomo para facilitar su consulta— de una nueva versión, sin citas de autores, de aquél primer diccionario de la institución. El de 1780 fue, por tanto, el precedente de la serie de diccionarios usuales que llega hasta hoy.

Actualmente, contamos además con otras herramientas online, publicadas por la Real Academia Española, que nos pueden servir de gran ayuda:

Mapa de diccionarios: esta herramienta permite, por el momento, consultar simultáneamente seis ediciones representativas del diccionario académico: 1780, 1817, 1884, 1925, 1992 y 2001. Su finalidad radica en ofrecer una visión evolutiva del léxico moderno, matizada por la idea que se hacían de él los académicos a lo largo de los casi trescientos años en que se suceden las ediciones de estos diccionarios. Se aspira a introducir, en el futuro, las demás ediciones del diccionario académico, incorporando además un enlace con los materiales del Fichero de enmiendas y adiciones de la Real Academia Española y con otros externos surgidos como comentarios, críticas o reseñas al DRAE.

Nuevo tesoro lexicográfico de la lengua española (NTLLE): es un diccionario de diccionarios, un diccionario que contiene todo el léxico de la lengua española desde el siglo xv hasta el xx, tal y como es recogido, sistematizado, definido e inventariado por los más importantes repertorios lexicográficos, sean monolingües o bilingües, dedicados a la lengua española. De este modo, el NTLLE ofrece al interesado la posibilidad de tener juntos y reunidos cerca de 70 diccionarios que ninguna biblioteca en el mundo está en condiciones de custodiar de forma conjunta, al tiempo que permite buscar de una sola vez, a través de una única operación de consulta, una o varias palabras de forma simultánea en la totalidad de los diccionarios que lo integran. El NTLLE reúne una amplia selección de las obras que durante los últimos quinientos años han recogido, definido y consolidado el patrimonio léxico de nuestro idioma. Contiene, dentro de un entorno informático de consulta, los facsímiles digitales de las obras lexicográficas de Antonio de Nebrija, fray Pedro de Alcalá, Sebastián de Covarrubias, Francisco del Rosal, César Oudin, Esteban Terreros, Ramón Joaquín Domínguez, Vicente Salvá, Elías Zerolo, Aniceto de Pagés, etc., además de toda la lexicografía académica, desde el Diccionario de autoridades hasta la 21.ª edición del Diccionario de la Real Academia Española, pasando por las diversas ediciones del Diccionario manual e ilustrado y lo publicado del Diccionario histórico de 1933-1936.

Nuevo diccionario histórico del español (NDHE): proyecto vinculado al Instituto de Investigación Rafael Lapesa, pretende presentar de modo organizado la evolución del léxico español a lo largo del tiempo. Su director es el académico José Antonio Pascual. El objetivo fundamental del NDHE consiste en ofrecer a los filólogos, y al público en general, aquella información relevante sobre la historia de las palabras que les permita interpretar los textos del pasado. Para ello se dará cuenta de la evolución de los significados de las palabras e incluso de los usos lingüísticos accidentales de una época determinada. Para cumplir este fin básico, el NDHE se basará en los métodos de la lingüística, la filología y la informática. El hecho de que esta obra se conciba como un diccionario electrónico permite presentar la evolución de las unidades léxicas teniendo en cuenta las relaciones (genéticas, morfológicas, semánticas, etc.) que estas mantienen entre sí, de forma que se sitúe la evolución de las palabras dentro de la red de conexiones establecidas entre ellas.

En relación con la obra de Quevedo aquí presentada, recomiendo la Introducción a ‘El Buscón’ de Ignacio Arellano.