32 Agustín Moreto: El lindo don Diego y El desdén con el desdén

El volumen 32 de la colección Clásicos Castellanos está dedicado a dos obras de teatro de Agustín Moreto, El lindo don Diego y El desdén con el desdén, edición y notas de Narciso Alonso Cortés.

La lectura online del primer tomo puede hacerse en este enlace a la primera edición publicada en 1916:

 Teatro

El grupo moretianos.com, dirigido por María Luisa Lobato, comenzó en 2003 en la Universidad de Burgos a preparar la edición del Teatro Completo de Agustín Moreto.

Entre otros muchos, los hispanistas Ruth Lee Kennedy, Ermanno Caldera, Frank P. Casa, James Agustín Castañeda, Ann L. Mackenzie y Alfredo Hermenegildo han estudiado la vida y obra de Moreto.

Una vez más nos encontramos con un dramaturgo español cuya fama pronto se extendió por toda Europa. Sus obras fueron traducidas y copiadas, digamos intertextualizadas, en Francia, Italia, Reino Unido y Alemania. Un ejemplo puede verse en esta obra de George Hyde de 1825:

 Moreto version

Dice Narciso Alonso Cortés en el prólogo al volumen 32 de la colección Clásicos Castellanos: 

«El verdadero modelo de Moreto, como ya hizo notar don Luis Fernández-Guerra, fue La Vengadora de las mujeres, de Lope de Vega igualmente, con la cual “conviene en pensamiento, fin dramático y en algo del plan”. No se crea, sin embargo, que la imitación es nimia y servil; porque Moreto, una vez recibido de la obra de Lope el impulso inicial, tomó derroteros de mayor alcance dramático. En la obra de Lope, Laura ha hecho propósito de odiar a los hombres, porque observa que éstos, siendo siempre los que escriben los libros, maltratan en ellos a las mujeres y las acusan de todos los daños, mientras que a sí propios se enaltecen. Pretenden a Laura tres caballeros: Federico, príncipe de Transilvania (con nombre de Lisardo); Alejandro, duque de Ferrara, y Augusto, príncipe de Albania. Laura, no obstante sus teorías, queda al fin vencida por las singulares prendas del primero.

En esto consiste la imitación; pero los recursos teatrales son muy superiores en la comedia de Moreto. El desarrollo del asunto, como el fundamento del odio que a los hombres tiene la protagonista, es de todo punto diferente. La fuerza psicológica que palpita en la comedia de Moreto falta por completo en la de Lope.

Todas ellas, y aun teniendo por cierto que La Vengadora de las mujeres sugirió la primera idea de El Desdén con el desdén, son afinidades genéricas. Por eso se ha podido relacionar la comedia de Moreto con diferentes obras de otros autores, y podría relacionarse con muchas más. El similia similibus curantur ha sido precepto generalmente puesto en práctica por dramáticos y novelistas para los achaques de amor. El odio con el odio; los celos con los celos; el desdén con el desdén; la
violencia con la violencia… Desde el apólogo indio que dio asunto a don Juan Manuel para uno de sus ensiemplos (De lo que contesció a un mancebo que casó con una mujer muy fuerte et muy brava), y a Shakespeare para su Fierecilla domada, la idea ha sido de fecunda y reiterada producción.

De El Desdén con el desdén tomó Molière la Princesse d’Elide, la cual — son palabras de un crítico francés — “no es más que una pálida copia de la obra española” [Vilmos (Guillaume) Huszar en Molière et l’Espagne (1907)]. Molière tuvo el capricho de llevar la escena a Grecia, convirtiendo a la protagonista en Princesa de Elida y dándola como pretendientes a los príncipes Eurialo, Aristómenes y Teocles; pero todas las circunstancias del asunto son idénticas.

Si alguna duda hubiere sobre el origen de la Princesse d’Elide, bastaría comparar muchos de sus pasajes con otros de El Desdén con el desdén, para convencerse de la absoluta correspondencia.»